terça-feira, 24 de julho de 2012

Ya mejoraba, ya sonreía con mi medicina,
cuando una tarde llegó una carta de su jaula antigua,
en mi arbolillo brotaron flores negras y moradas
porque el correo vino a buscarlo mis ojos lloraban.
Desaparece, me deja en prenda toda su amargura,
se lleva ufano mi flor más tierna, mi sol y mi luna.

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