quarta-feira, 26 de novembro de 2014

TRIMANO - Série "Estigmas" - nanquim e guache - 1.00 x 0.80 mts.


CONFIANZA EN EL ANTEOJO,
NÓ EN EL OJO...

Confianza en el anteojo, nó en el ojo;
en la escalera, nunca en el peldaño
en el ala, nó en el ave
y en ti sólo, en ti sólo, en ti sólo.

Confianza en la maldad, nó en el malvado,
en el vaso, mas nunca en el licor;
en el cadáver, nó en el hombre
y en ti sólo, en ti sólo, en ti sólo.

Confianza en muchos, pero ya no en uno;
en el cauce, jamás en la corriente;
en los calzones, no en las piernas
y en ti sólo, en ti sólo, en ti sólo.

Confianza en la ventana, nó en la puerta;
en la madre, nó en los nueve meses;
en el destino, nó en el dado de oro,
y en ti sólo, en ti sólo, en ti sólo.

César Vallejo

TRIMANO - Série "Estigmas" - nanquim e guache - 1.00 0.80 mts.


OTRO POCO DE CALMA,
CAMARADA...

Otro poco de calma, camarada;
un mucho inmenso, septentrional, completo,
feroz, de calma chica,
al servivio menor de cada triunfo
y en la audaz servidumbre del fracaso.

Embriaguez te sobra, y no hay
tanta locura en la razón, como este
tu raciocinio muscular, y no hay
más racional error que tu experiencia.

Pero, hablando más claro
y pensándolo en oro, eres de acero,
a condición que no seas
tonto y rehúses
entusiasmarte por la muerte tánto
y por la vida, con tu sola tumba.

Necesario es que sepas
contener tu volumen sin correr, sin afligirte,
tu realidad molecular entera
y más allá, la marcha de tus vivas
y más acá, tus mueras legendarios.

Eres de acero, como dicen,
con tal que no tiembles y no vayas
a reventar, compadre
de mi cálculo, enfático ahijado
de mis sales luminosas!

Anda, no más, resuelve,
considera tu crisis, suma, sigue,
tájala, bájala, ájala;
el destino, las energías íntimas, los catorce
versículos del pan: cuantos diplomas
y poderes, al borde fehaciente de tu arranque!
Cuánto detalle en síntesis, contigo!
Cuánta presión idéntica, a tus pies!
Cuánto rigor y cuánto patrocinio!

Es idiota
ese método de padecimento,
esa luz modulada y virulenta,
si con sólo la calma haces señales
serias, características, fatales.

Vamos a ver, hombre;
cuéntame lo que me pasa,
que yo, aunque grite, estoy siempre a tus órdenes.

César Vallejo

TRIMANO - Série "Estigmas" - nanquim e guache - 1.00 x 0.80 mts.


LOS NUEVE MONSTRUOS

I, desgraciadamente,
el dolor crece en el mundo a cada rato,
crece a treinta minutos por segundo, paso a paso,
y la naturaleza del dolor, es el dolor dos veces
y la condición del martirio, carnívora. voraz,
es el dolor dos veces
y la función de la yerba purísima, el dolor
dos veces
y el bien de sér, dolernos doblemente.

Jamás, hombres humanos,
hubo tanto dolor en el pecho, en la solapa, en la
       cartera
en el vaso, en la carnicería, en la aritmética!
Jamás tanto cariño doloroso,
jamás tan cerca arremetió lo lejos,
jamás el fuego nunca
jugó mejor su rol de frio muerto!
Jamás, señor ministro de salud, fué la salud
más mortal
y la migrana extrajo tánta frente de la frente!
Y el mueble tuvo en su cajón dolor,
el corazón, en su cajón, dolor,
la lagartija, en su cajón, dolor.

Crece la desdicha, hermanos hombres,
más pronto que la máquina, a diez máquinas, y crece
con la res de Rousseau, con nuestras barbas;
crece el mal por razones que ignoramos
y es una inundación con propios líquidos,
con propio barro y propia nube sólida!
Invierte el sufrimiento posiciones, da función
en que el humor acuoso es vertical
al pavimento,
el ojo es visto y esta oreja oída,
y esta oreja da nueve campanadas a la hora
del rayo, y nueve carcajadas
a la hora del trigo, y nueve sones hembras
a la hora del llanto, y nueve cánticos
a la hora del hambre y nueve truenos
y nueve látigos, menos un grito.

El dolor nos agarra, hermanos hombres,
por detrás, de perfil,
y nos aloca en los cinemas,
nos clava en los gramófonos,
nos desclava en los lechos, cae perpendicularmente
a nuestros boletos, a nuestras cartas;
y es muy grave sufrir, puede uno orar...
Pues de resultas
del dolor, hay algunos
que nacen, otros crecen, otros mueren,
y otros que nacen y no mueren, otros
que sin haber nacido, mueren, y otros
que no nacen ni mueren (son los más).
Y también de resultas 
del sufrimiento, estoy triste
hasta la cabeza, y más triste hasta el tobillo,
de ver al pan, crucificado, al nabo,
ensangrentado
llorando, a la cebola
al cereal, en general, harina,
a la sal, hecha polvo, al agua, huyendo,
al vino, un ecce-homo,
tan pálida a la nieve, al sol tan ardio!
Cómo, hermanos humanos,
no deciros que ya no puedo y
ya no puedo con tanto cajón,
tánto minuto, tánta
lagartija y tánta
inversión, tánto lejos y tanta sed de sed!
Señor Ministro de Salud, que hacer?
Ah! desgraciadamente, hombres humanos,
hay, hermanos, muchísimo que hacer.

César Vallejo

TRIMANO - Série "Estigmas" - nanquim e guache - 1.00 x 0.80 mts.


LA RUEDA DEL HAMBRIENTO

Por entre mis propios dientes salgo humeando,
dando voces, pujando,
bajándome los pantalones...
Váca mi estómago, váca mi yeyuno,
la miseria me saca por entre mis propios dientes,
cogido con un palito por el puño de la camisa.

Una piedra en que sentarme
no habrá ahora para mi?
Aun aquella piedra en que tropieza la mujer que ha
       dado a luz,
la madre del cordero, la causa, la raíz,
ésa no habrá ahora para mi?
Siquiera aquella otra,
que ha pasado agachándose por mi alma!
Siquiera
la calcárida o la mala (humilde océano)
o la que ya no sirve ni para ser tirada contra el
hombre,
ésa dádmela ahora para mi!

Siquiera la que hallaren atravesada y sola en un
      insulto,
esa dádmela ahora para mi!
Siquiera la torcida y coronada, en que resuena
solamente una vez el andar de las rectas conciencias,
o, al menos, esa otra, que arrojada en digna curva,
va a caer por si misma,
en profesión de entraña verdadera,
ésa dádmela ahora para mi!

Un pedazo de pan, tampoco habrá ahora para mi?
Ya no más he de ser lo que siempre he de ser,
pero dadme,
una piedra en que sentarme,
pero dadme
por favor, un pedazo de pan en que sentarme,
pero dadme
en español
algo, en fin, de beber, de comer, de vivir, de
       reposarse,
y después me iré...
Hallo una extraña forma, está muy rota
y sucia mi camisa
y ya no tengo nada, esto es horrendo.

César Vallejo

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MARCHA NUPCIAL

A la cabeza de mis propios actos,
corona en mano, batallón de dioses,
el signo negativo al cuello, atroces
el fósforo y la prisa, estupefactos
el alma y el valor, con dos impactos

al pie de la mirada, dando voces;
los límites, dinámicos, feroces,
tragándome los lloros inexactos;

me encenderé, se encenderá mi hormiga,
se encenderán mi llave, la querella
en que perdí la causa de mi huella.

Luego, haciendo del átomo una espiga,
encenderé mis hoces al pie de ella
y la espiga será por fin espiga.

César Vallejo

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LOS DESGRACIADOS

Ya va a venir el día, da
cuerda a tu brazo, búscate debajo
del colchón, vuelve a pararte
en tu cabeza, para andar derecho.
Ya va a venir el día, ponte el saco.

Ya va a venir el dia, ten
fuerte en la mano a tu intestino grande, reflexiona,
antes de meditar, pues es horrible
cuando le cae a uno la desgracia
y se le cae a uno a fondo el diente.

Necesitas comer, pero, me digo,
no tengas pena, que no es de pobres
la pena, el sollozar junto a su tumba;
remiéndate, recuerda,
confia en tu hilo blanco, fuma, pasa lista
a tu cadena y guárdala detrás de tu retrato.
Ya va a venir el día, ponte el alma.

Ya va a venir el día, pasan,
han abierto en el hotel un ojo,
azotándolo, dándole con un espejo tuyo...
Tiemblas? 
Es el estado remoto de la frente
y la nación reciente del estómago.
Roncan aún... Que universo se lleva este ronquido!
Como quedan tus poros, enjuiciándolo!
Con cuántos doses, ay! estás tan solo!
Ya va a venir el día, ponte el sueño.

Ya va a venir el día, repito
por el órgano oral de tu silencio
y urge tomar la izquierda con el hambre
y tomar la derecha con la sed; de todos modos,
abstente de ser pobre con los ricos
atiza
tu frío, porque en el se integra mi calor, amada
    víctima.
Ya va a venir el día, ponte el cuerpo.

Ya va a venir el dia;
la mañana, la mar, el meteoro, van
en pos de tu cansancio, con banderas,
y, por tu orgullo clásico, las hienas
cuentan sus pasos al compás del asno,
la panadera piensa en ti,
el carnicero piensa en ti, palpando
el hacha en que están presos
el acero y el hierro y el metal, jamás olvides
que durante la misa no hay amigos.
Ya va a venir el dia, ponte el sol.

Ya viene el día, dobla
el aliento, triplica
tu bondad rencorosa
y da codos al miedo, nexo y énfasis,
pues tú, como se observa en tu entrepierna y siendo
el malo, ay! inmortal,
has soñado esta noche que vivías
de nada y morias de todo...

César Vallejo

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LA PAZ, LA ABISPA, EL TACO,
LAS VERTIENTES...

La paz, la abispa, el taco, las vertientes,
el muerto, los decílitros, el buho,
los lugares, la tiña, los sarcófagos, el vaso, las
     morenas,
el desconocimiento, la olla, el monaguillo,
las gotas, el olvido,
la potestad, los primos, los arcángeles, la aguja,
los párrocos, el ébano, el desaire,
la parte, el tipo, el estupor, el alma...

Dúctil, azafranado, externo, nítido,
portátil, viejo, trece, ensangrentado,
fotografiadas, listas, tumefactas,
conexas, largas, encintadas, pérfidas...
Ardiendo, comparando,
viviendo, enfureciéndose,
golpeando, analizando, oyendo, estremeciéndose,
muriendo, sosteniéndose, situándose, llorando...

Después, éstos, aquí,
después, encima,
quizá, mientras, detrás, tánto, tan nunca,
debajo, acaso, lejos,
siempre, aquello, mañana, cuánto,
cuánto!...

Lo horrible, lo suntuario, lo lentísimo,
lo augusto, lo infructuoso,
lo aciago, lo crispante, lo mojado, lo fatal,
lo todo, lo purísimo, lo lóbrego,
lo acerbo, lo satánico, lo táctil, lo profundo...

César Vallejo

TRIMANO - Série "Estigmas" - nanquim e guache - 1.00 x 0.80 mts.


TRASPIÉ ENTRE DOS ESTRELLAS

Hay gentes tan desgraciadas, que ni siquiera
tienen cuerpo, cuantitativo el pelo.
baja, en pulgadas, la genial pesadumbre;
el modo, arriba;
no me busques, la muela del olvido,
parecem salir del aire, sumar suspiros mentalmente,
          oír
claros azotes en sus paladares!

Vanse de su piel, rascándose el sarcófago en que na-
           cen
y suben por su muerte de hora en hora
y caen, a lo largo de su alfabeto gélido, hasta el suelo.

Ay de tánto! ay de tan poco! ay de ellas!
Ay en mi cuarto, oyéndolas con lentes!
Ay en mi tórax, cuando compran trajes!
Ay de mi mugre blanca, en su hez mancomunada!

Amadas sean las orejas sánchez,
amadas las personas que se sientan,
amado el desconocido y su señora
el prójimo con mangas, cuello y ojos!

Amado sea aquel que tiene chinches,
el que lleva zapato roto bajo la lluvia,
el que vela el cadáver de un pan con dos cerillas,
el que se coge un dedo en una puerta,
el que no tiene cumpleaños,
el que perdió su sombra en un incendio,
el animal, el que parece un loro,
el que parece un hombre, el pobre rico,
el puro miserable, el pobre pobre!

Amado sea
el que tiene hambre o sed, pero no tiene
hambre con qué saciar toda su sed,
ni sed con qué saciar todas sus hambres!

Amado sea el que trabaja al día, al mes, a la hora,
el que suda de pena o de vergüenza,
aquel que va, por orden de sus manos, al cinema,
el que paga con lo que le falta,
el que duerme de espaldas,
el que ya no recuerda su niñez, amado sea
el calvo sin sombrero,
el justo sin espinas,
el ladrón sin rosas,
el que lleva reloj y ha visto a Dios,
el que tiene un honor y no fallece!

Amado sea el niño, que cae y aún llora
y el hombre que ha caído y ya no llora!

Ay de tanto! Ay de tan poco! Ay de ellos!

César Vallejo

TRIMANO - Série "Estigmas" - nanquim e guache - 1.00 x 0.80 mts.