domingo, 13 de maio de 2012

Cuando mata la muerte a los titanes
mil muertes en los labios aparecen,
cuando transcurre el féretro entre flores,
mil muertes en los ojos aparecen.
Pero esta muerte apresuró su nombre,
abrevió sus proezas,
resquebrajó su altura,
retaceó su recuerdo hasta una muerte de amigos
donde el rostro se tiende hacia la nada.


Los vecinos se asombran con discreción
y se unen al dolor con disimulo,
ven gente que no conocen y que sufre
por el querido anhelo que se ha muerto.
Y comienza la palabra a repetirse:
si él hubiese vivido...
Siempre reía (es cierto, yo recuerdo)
él me queria mucho,
él decia,
tenía el gesto, un gesto,
la voz, una palabra,
y así como a una estampa
velaremos su muerte recordando ese gesto,
esa palabra, ese traje que ha muerto.
Mas cuando rosas y rosas y rosas
inauguren un tiempo que esperamos,
él volverá.

Nenhum comentário: