terça-feira, 25 de novembro de 2014

VINIERE EL MALO, CON UN TRONO
AL HOMBRO...

Viniere el malo, con un trono al hombro
y el bueno, a acompanhar al malo a andar;
dijeren "si" el sermón, "no" la plegaria
y cortare el camino en dos la roca...

Comenzare por monte la montaña,
por remo el tallo, por timón el cedro
y esperaren doscientos a sesenta
y volviere la carne a sus tres títulos...

Sobrase nieve en la noción del fuego
se acostare el cadáver a mirarnos,
la centella a ser trueno corpulento
y se arquearen los saurios a ser aves...

Faltare excavación junto al estiércol,
naufragio al río para resbalar,
cárcel al hombre libre, para serlo,
y una atmósfera al cielo, y hierro al oro...

Mostrarem disciplina, olor, las fieras,
se pintare el enojo de soldado,
me dolieren el junco que aprendí,
la mentire que infectamé e socórreme...

Sucediere ello así y así poniéndolo,
con qué mano despertar?
con qué pié morir?
con qué ser pobre?
con que voz callar?
con cuánto comprender, y, luego, a quien?

No olvidar ni recordar
que por mucho cerrarla robáronse la puerta
y de sufrir tan poco estoy muy resentido,
y de tánto pensar, no tengo boca.

César Vallejo 

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